En la página FUEGO Y MANIOBRA encontrará la Introducción y capítulos referidos a la guerras en la Edad Media, de la obra del mismo nombre del Dr. Mg. Jorge A.Vigo

14 de septiembre de 2015

La victoria de Belisario en Palermo y la recuperatio de Sicilia (535 DC). 

Segunda Parte (II)

Mg. Rubén A. Barreiro


V

La Cala, el puerto de Palermo. Un análisis de las características del puerto de Palermo puede ser útil para arrojar luz sobre algunos hechos que permanecen dentro de las incógnitas planteadas por el poco  común, por lo exiguo,  relato de Procopio. En especial, tal análisis puede conducir a determinar con mayor precisión la cantidad de buques que pudieron haber intervenido en la acción (es decir, qué alcance dar a la expresiones “flota” y “anclaje” usadas por Procopio) y de allí a la cantidad de arqueros que llevaron adelante el ataque. Y en función de ello, finalmente, establecer la importancia del ejército con el que Belisario conquistó la plaza. Recordemos una vez más  lo expresado por el cronista: “Belisario,… ordenó a su flota entrar en el puerto… cuando los buques anclaron allí, se vio que los mástiles eran más altos que los parapetos…”.  


Puerto y murallas de Palermo. El baluarte de la derecha de la entrada
del puerto y el malecón de la izquierda fueron agregados siglos después. 
En la época de los hechos aquí tratados, el puerto de Palermo era un abra natural, de recorrido más o menos regular hasta el extremo próximo a la ciudad donde se curvaba hacia la izquierda, ensanchándose. No existen datos acerca de sus dimensiones, aunque se ha calculado que el ancho de su boca habría sido de alrededor de 250 metros (ZORIC, 81). Como lo apunta Procopio, a un lado y otro del puerto, aproximadamente en la mitad de su trazado, llegaban las murallas de la ciudad, es decir que el puerto “se encontraba fuera del recinto amurallado”. Las márgenes del puerto sólo estaban protegidas por un parapeto de baja altura. Tampoco su entrada tenía defensas como cadenas que cerraran el paso (ZORIC, 78), como sucedió siglos más tarde durante la dominación musulmana (en las diferentes representaciones conocidas del puerto, aparece a la derecha de su entrada, un poderoso bastión, que fue introducido durante la dominación árabe y por lo tanto inexistente en el siglo VI). En los días del ataque, siempre siguiendo el relato de Procopio, no había defensores en el puerto y, como parece obvio, el mismo estaba inactivo, es decir que los buques de Belisario no fueron estorbados por buques navegando, anclados o en los muelles.
Vista actual del puerto deportivo de La Cala
Actualmente, el lugar se ha transformado en un puerto de embarcaciones deportivas y de recreo, formando parte del complejo portuario de Palermo y conocido como La Cala. La superficie actual del espejo de agua es de 49.000 metros cuadrados [1], aunque en la época que tratamos debió ser mayor, ya que desde entonces se han realizado una gran cantidad de trabajos que han modificado el trazado, como puede observarse en la fotografía adjuntas. En función de ello, podría estimarse que en el siglo VI tal superficie habría sido equivalente a una vez y media la actual, esto es, 73.500 m2. 

Este dato es importante por cuanto tanto en navegación como anclados, los buques necesitan un espacio que excede, como es obvio, sus propias dimensiones. En navegación (en el caso, la entrada en el puerto por el canal cuya dimensión máxima era, como se ha visto, de 250 m), la separación entre cada buque ha de ser la suficiente como para “no obstaculizar sus rumbos entre sí, evitar colisiones y que sus remos entrechoquen” (MAURICIO, 158). Una vez llegados a la posición elegida, deben anclar y dejar en torno de cada uno un espacio que le permita el movimiento alrededor del punto de anclaje provocado por el viento, las mareas o las corrientes (PRYOR-JEFFREYS, 374). También debe tenerse presente que el desembarco de una fuerza numerosa y su equipamiento no sólo requiere tiempo sino espacio para su traslado desde los buques hasta la costa.

Gráficos relativos a la capacidad del puerto

Los buques en navegación deben guardar una distancia de seguridad entre sí, en función del espacio que
hacia cada banda ocupan los remos. Debe tenerse en cuenta que el canal de entrada del puerto
de Palermo medía aproximadamente 250 metros en su parte más ancha.

El tendido del ancla requiere un espacio más allá del extremo del buque, sea que se realice desde la proa o la popa, cuyas
medidas están en relación directa con la profundidad del lugar y con la preservación de un ángulo de hasta treinta y tres grados con relación al fondo. 

Para permitir que el buque gire tomando como centro el punto de anclaje, por acción del viento,
de las mareas y/o de las corrientes, debiera dejarse un espacio circular de seguridad para evitar colisiones
y/o maniobras de otros buques, en derredor de dicho punto, cuyo radio sería equivalente a las medidas
 indicadas en el gráfico anterior (33 ó 39 m).
Los gráficos han sido editados sobre la base de los contenidos en The Age of Dromon




[1]          http://www.portpalermo.it/it/diporto/la-cala.
                               

Bibliografía de la Segunda Parte II


Prigent, Vivien, Palermo in the Eastern Roman Empire, en A Companion to Medieval                                      Palermo. The History of a Mediterranean City from 600 to 1500, ed. Annliese 
             Nef, Brill, Leide, 2013.

Pryor, John H. y Jeffreys, Elizabeth M., The Age of the Dromon. The Byzantine Navy ca500-1204, Brill, Leiden, 2006.

Rodgers, William L., Naval Warfare Under Oars, 4th to 16th Centuries: A Study of Strategy, Tactics and Ship Design, Naval Institute Press, 1996.

Whitby, Michael, Siege Warfare and Counter-Siege Tactics in Late Antiquity
            (ca. 250–640), en War and Warfare in Late Antiquity , ed. Alexander Sarantis y Neil Christie, Brill, Leiden, 2013.

Zoric, Vladimir, Le cadene portuale sulle difese passive dei porti…, en Palermo Medievale, ed. Cataldo Roccaro, Officina di Studi Medievale, Palermo, 1989.

Continuará
©Rubén A. Barreiro 2015

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