Textos de historia militar medieval
LAS REVOLUCIONES MILITARES DE LA GUERRA DE LOS CIEN AÑOS
Clifford F. Rogers
“The Military Revolution Debate”, Editor Clifford J. Rogers, Westview Press, Boulder,Colorado, 1995. Capítulo 3
NOTA. La llamada * corresponde a comentarios de quien traduce.
LA
REVOLUCIÓN DE LA ARTILLERÍA (Primera Parte)
NOTA. La llamada * corresponde a comentarios de quien traduce.
La
artillería con utilización de pólvora hizo su primera casi exactamente un siglo
antes de la revolución en la guerra producida en los años 1420-1440. La fórmula
de la pólvora de Roger Bacon data de 1267, pero no parece haber sido utilizada
en Europa con propósitos bélicos hasta la tercera década del siglo catorce. La
ilustración más antigua que se conoce de un cañón en acción, aparece en un
manuscrito de Walter de Milemetes, De
Officis Regnum, completado en 1326 *. De acuerdo con el cronista
escocés John Barbour, los ingleses usaban algún tipo de arma de fuego (“crakkis
of wer”) en 1327, durante la campaña de Weardale **. Los germanos usaron cañones, algo
así como las armas ilustradas por Milemetes, en el sitio de Cividale en 1331.
Ya en 1333 el cañón había ocupado su lugar junto a las catapultas, fundíbulos
(lanzadores de piedras) y trebuchets, como arma de sitio importante.
* El
arma descripta entra en lo que se dio en llamar “cañones de mano”, antecesores
directos del arcabuz, la culebrina, el mosquete y armas similares
** Primera Guerra de la Independencia de Escocia.
La
forma en que se utilizaban los cañones durante todo el siglo catorce, era
arrojando piedras dentro de la ciudad, derribando casas e iglesias, no contra
las murallas. La artillería se usaba así con el resto de las máquinas de
asedio. Y, lo más importante, el uso de los cañones no acortaba en forma
apreciable la duración de los sitios, los defensores continuaban debiendo ser
rendidos por hambre,
El
cañón de los primeros años del siglo catorce era pequeño y barato. Un cañón de
unas 40 libras
(aprox. 18 kg ),
se compraba por sólo 13 chelines y 4 peniques en 1353, en tanto un lanzador de
piedras costaba 66 chelines y 8 peniques. En ese momento, la artillería no
tenía más poder que las máquinas de sitio tradicionales (y, en verdad, mucho
menos que algunas de ellas), pero la ventaja de su costo, combinada con el
impacto psicológico de un arma nueva e intimidante por su ruido, aseguró el rápido
crecimiento de su uso. Eduardo III tenía a su disposición en el sitio de Calais
(1346), por lo menos diez cañones. Los franceses tenían cañones de hierro
hechos en 1345 en Cahors para el sitio de Aiguillon, y por lo menos 36 cañones
para el sitio de Sait-Sauveur-le-Vicomte en 1374-5 [1].
Froissart afirma que los ingleses tenían 400 cañones en el sitio de Saint Malo
en 1378, aunque la mayoría eran probablemente “cañones de mano”. De 1382 a 1388, el English
Privy Wardrobe compró 87 cañones. Hacia 1409, Christine de Pisan sostenía que
eran necesarios no menos de 248 cañones para tomar una plaza fuerte, incluyendo
32 que dispararan proyectiles de 200 libras (aprox. 90 kg ) o más.
A medida que aumentaba la cantidad
de cañones, también crecía su tamaño. Los cañones primitivos eran muy pequeños,
y disparaban esferas de plomo o hierro, o a veces “lanzas” de hierro con
emplumes de bronce. Un cañón mucho más grande, preparado para el sitio de
Saint-Sauver-le Vicomte en 1375, disparaba proyectiles de piedra de cien libras
y Froissart, dos años más tarde, registra el uso de un cañón que disparaba
piedras de 200 libras .
El Conde de Holanda compró piedras de 400 libras para su
“grooten donrebusse” en 1378. Dos bombardas compradas por el Duque de Burgundia
en 1409 disparaba piedras de 700-750 y 800-950 libras (317-340 y
362-430 kg )
Faule Mette, fundido hacia 1411,
disparaba piedras de más de media tonelada. El masivo Pumhart von Steyr, forjado hacia 1420, disparaba una piedra de 80 centímetros de
diámetro que pasaba más de 1500
libras (680
kg ) [2].
¿Cómo afectaba las campañas reales
este incremento del tamaño y cantidad de cañones? Al principio, no demasiado.
Los ingleses se las arreglaron para destruir un punto fuerte de Romorantin en
1356 usando un cañón que arrojó “fuego griego” en el patio del castillo, pero
la artillería también probó ser igualmente útil en la defensa. Por ejemplo, en
ese mismo año, en Breteuil, los ingleses sitiados usaron un cañón para destruir
una torre de asalto francesa. Además, los cañones simplemente no eran lo
suficientemente poderosos como para causar mucho daño en las murallas de un
castillo. Inclusive todavía a fines de siglo catorce los cañones de sitio no
podían hacer mucho más que golpear en los techos de las torres. El equilibrio
entre el ataque y la defensa permanecía firmemente inclinado hacia la defensa.
Tan tarde como aproximadamente en 1420, un autor alemán sostenía que el
defensor de un castillo bien equipado, provisto con artillería y buenos
artilleros, “no importa lo que el enemigo
pretenda hacer, podrá mantenerlo a raya… hasta que sea liberado o el enemigo
reciba una buena paliza y abandone el sitio”.
El sitio de Harfleur por Enrique V
en 1415, del que contamos con varios relatos contemporáneos, nos da una muestra
clara del uso de la artillería a principios del siglo quince. Como en Berwick
casi un siglo antes, el rol principal del cañón era causar devastación dentro
de la ciudad para provocar la rendición de los sitiados. Con sus doce grandes
cañones, Enrique alcanzó a los edificios situados tan lejos como el centro de
la ciudad, demoliéndolos o amenazando su colapso inevitable. En este caso, la
devastación logró hacer salir a los sitiados para parlamentar con el rey, a
quien rogaron cesar el fuego, que les resultaba intolerable.
La artillería también tuvo un nuevo
rol en Harfleur, que no se había visto en el sitio de Berwick en 1333. En
Harfleur, sus disparos no fueron dirigidos sólo hacia el centro de la ciudad
sino también contra las murallas y los bastiones de madera que la defendían.
Aunque algunos relatos sugieren que Enrique esperaba abrir brechas en las
murallas, tal como había sido la práctica común una generación antes, parece
más probable que su intención más bien fuera destruir los cañones y catapultas
con los que los defensores hostigaban a su ejército.
Los muchos sitios prolongados de la
década de 1420 y los primeros años de la de 1430, muestran que la artillería
todavía no era capaz de abrir camino rápidamente en una fortaleza cuya
guarnición estuviera formada por defensores decididos. El sitio de Ruán se
prolongó por cerca de seis meses, desde el 31 de julio de 1418 al 19 de enero
de 1419, aun cuando la ciudad “fue batida severamente, dentro y fuera, debido a
que los ingleses contaban con grandes bombardas”. Finalmente, fue el hambre y
no las bombardas, la que llevó a sus habitantes a rendirse. El sitio de
Cherburgo fue resuelto por hambre después de siete meses en 1418, el de Melún
después de 18 meses en 1420, el de Meaux después de siete meses, el de
Montaguillon después de seis meses en 1423. El poderoso castillo de Gaillard,
en Normandía, resistió durante seis meses, hasta que las cuerdas que se usaban
para subir el agua de los pozos se desgastaron hasta romperse. Los ingleses
comenzaron a asediar Guisa en enero de 1424, pero no entraron en la ciudad
hasta febrero de 1425.
En todos los casos citados, los
cronistas dan a la falta de víveres como la primera de las causas para la
rendición de los sitiados. No obstante, a mediados de la década de 1420
comienzan a conocerse casos en que las guarniciones se rindieron no por hambre,
sino porque los cañones de los sitiadores habían hecho que sus posiciones
fueran indefendibles. De acuerdo con los cronistas franceses, tal fue el caso
de Le Mans, Sainte Suzanne, Mayenne-la-Juhez, Montmiral y Gallardon, todos en
1423. En Sainte Suzanne, por entonces la segunda ciudad de Maine * “el earl de Salisbury tenía ocho
grandes bombardas y muchos cañones y fowlers ** en posición y preparados. Estas
bombardas y cañones, después de ocho o diez días, comenzaron a hacer fuego de
manera continua, noche y día, hasta derribar las murallas desde una distancia
mayor que la de un tiro de arco”. El año siguiente el Duque de Bedford puso
sitio a Gaillon, “una plaza muy fuerte” y “la misma fue batida tan duramente
que su guarnición se rindió para lograr que sus vidas se respetaran”. También
en Bohemia se supo, a principios de la década de 1420, de un gran cañón, “con
el cual se podían derribar poderosas murallas”.
* Maine era una región francesa ubicada inmediatamente al sur
de Normandía y al norte del Loire.
** Cañón de dimensiones medianas, de calibre menor a las
bombardas y una trayectoria más plana que la de aquellas.
Estos sucesos todavía no habían
mostrado un triunfo completo de la artillería sobre las fortificaciones
medievales. Como se ha mencionado, el sitio de Guisa en 1424 duró más de un año
y Ferté-Bernard se las compuso para mantenerse contra Salisbury durante muchos
meses, en el mismo año. La guarnición francesa del castillo Gaillard tuvo que
ser rendida por hambre, también en 1424. El sitio de Laigny-sur-Marne tomó cinco
meses en 1432 y tan tarde como en 1440, Harfleur pudo resistir un sitio de los
ingleses durante más de tres meses. Empero, cada una de estas plazas era
excepcionalmente fuerte y fueron atacadas por los ingleses con una batería de
sitio relativamente débil.
Por el contrario, la poderosa
artillería burgundia de la década de 1430 pudo demoler las murallas de la
mayoría de las fortificaciones. En 1430, la batería de sitio burgundia estuvo
en condiciones de causar “tanto daño a los muros del castillo (de Choisy) que
la guarnición capituló” en unos pocos días. Del mismo modo, en Avalon (1433) la
artillería burgundia fue “apuntada contra las puertas y murallas, dañándolas
seriamente, abriéndose brechas en diferentes lugares”. Hacia 1347, aun la
artillería inglesa estaba en capacidad de dejar un punto fuerte “con gran parte
de sus murallas caídas, de modo que no había forma de defenderlo”.
Hacia fines de la década de 1440, la
artillería franco-burgundia podía destruir aun las más poderosas fortalezas.
Harfleur, que se había mantenido durante tanto tiempo contra los ingleses en
1440, se rindió a los 16 días de bombardeo en 1449. También luego de 16 días de
sitio en 1450, casi la totalidad de las murallas de Bayeux habían sido
horadadas y derribadas. La historia fue más de lo mismo en Dax y Acx: “sus
murallas estaban tan destruidas en varios lugares, que podían ser tomadas por
asalto a través de las brechas”. En Blaye, en 1451, sólo tomó cinco días para
que las murallas de la ciudad fueran derribadas en varios lugares. Un documento
inglés contemporáneo menciona cien plazas fuertes tomados por los franceses en
1450, incluyendo Chateau Gaillard, St Sauver-le-Vicomte, Cherburgo, Roche-Guyon
y Ruán, todos los cuales antes habían requerido sitios prolongados antes de ser
capturados. En 1451, toda Guienne * fue rápidamente ocupada por
los franceses pese a la profundamente arraigada simpatía de los habitantes del
Ducado por los ingleses.
* Región del noroeste francés, sobre el Atlántico, que llega
a los Pirineos, también conocida como Guyenne, en cuyo extremo este se
encuentra la ciudad de Burdeos.
[1] La
más grande de estas piezas requería para su manufactura 2.385 libras (aprox. 1082 kg ) de hierro y acero,
pero la mayoría eran cañones mucho más pequeños, fundidos en bronce. En una
tesis reciente, se muestra que la mayoría de estos cañones llegaron demasiado
tarde como para afectar el curso del sitio.
[2] Nótese
que 80 cm
de diámetro representa casi el doble del de las granadas disparadas por los
cañones principales de 16
pulgadas de los acorazados del siglo XX.
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